- La cancha de fútbol de la estación de Policía de Magangué, fue testigo de estos sellos de amistad entre jóvenes que en algún momento de sus vidas fueron enemigos.
Han sido muchas las fronteras invisibles que han dividido caminos entre los jóvenes de escasos recursos, con pocas posibilidades y oportunidades de crecer como persona y desarrollarse como profesionales. Una problemática que trasciende de generación en generación y que hoy en día se evidencia lo que para ellos, es costumbre.
Una indiferencia que parece nunca acabar, pero con una mínima esperanza guardada en el sentir de algunas personas, que quizás sepan que para acabarla, hay que darles una oportunidad y una razón.
En ese sentido, la Policía Nacional en el Departamento de Bolívar, viene trabajando incansablemente en la reconstrucción social de jóvenes en búsqueda de un mejor futuro y una mejor percepción de la vida.
Y precisamente en ‘La Semana de la Vida y la Tolerancia’, el patrullero Libardo Alvear Navarro Gestor Comunitario y lider de esta actividad, utilizó la cancha de fútbol de la estación de Policía ubicada en el barrio La Esmeralda en Magangué, como escenario para que más de 40 jóvenes se enfrentaran así mismos; un encuentro con sus realidades, con sus pensamientos, con sus miedos y sobre todo, con su familia.
Fue un desahogo de esperanza, un regocijo con la verdad y un momento que jamás olvidarán. Aunque para muchos no fue fácil mostrar su lado más humano delante de quienes minutos antes eran sus adversarios, el ambiente se prestó para que contaran sus testimonios, experiencias y hasta de lo que pasaba por sus mentes, cada vez que se enfrentaban y terminaban haciéndole daño a alguien.
Esos miedos quedaron sobre la grama, la rabia en cada patada al balón y la incertidumbre en cada grito de gol. Un partido por la paz, la hermandad, el respeto y la tolerancia, que contó con una barra muy especial, pues sus esposas, hijos y demás familiares, no quisieron perderse ni un solo minuto de este grato encuentro en donde ambos equipos, resultaron campeones.
Celio Alfonso Martínez Turiso, sacerdote de la Iglesia San Alberto Magno, también fue testigo de este encuentro dándole la bendición a estos dos equipos, que sin duda, se fueron siendo uno.
Al respecto el coronel José Abdón Galindo Sánchez, comandante del Departamento de Policía Bolívar, dijo «seguiremos propiciando estos encuentros entre los jóvenes para que dejen atrás las fronteras invisibles, las líneas imaginarias y los enemigos innecesarios. Por eso, seguiremos trabajando y aportando al desarrollo de estos jóvenes para que sigan jugando el mejor partido de su vida, dentro de una cancha y de una escuela».