Por: Emilio Gutiérrez Yance
La Policía Nacional patrimonio de los colombianos, es tal vez, la institución más opinada, tal vez una de las más criticadas, por ser la más visible y expuesta de las instituciones públicas, pero también la más reclamada, necesitada y por sus actuaciones altruistas, la más admirada. Pueden existir sociedades sin ejércitos, pero ninguna sin Policía. En la última encuesta de Invamer, la institución logró la favorabilidad más alta de los últimos tres años, un resultado en imagen sin precedentes, que reconoce su trabajo y dedicación por el país, un porcentaje del 62, 7%.
La imagen de la Policía se mide desde la consolidación de legitimidad y confianza; que se refrenda por sus actuaciones y valores. La legitimidad se constituye por la credibilidad, del latín credibilis, la “posibilidad de creer en algo o alguien”, se construye sobre hechos pasados y responde a la pregunta ¿por qué la gente me cree? Los colombianos le creen a la Policía, porque ha sido quien ha sostenido el país en los momentos más aciagos de su historia, desde la época de los carteles, pasando por el conflicto armado, hasta el vandalismo como medio para desestabilizar la institucionalidad, siempre siendo superior a esos retos.
También por la valoración: ¿qué valoran los colombianos de la Policía? Contrario a los mensajes que procuran una Policía debilitada, los colombianos aprecian la acción contra el delincuente y el ejercicio de la autoridad. Reitero, valoran una Policía fortalecida, con capacidades, recursos, motivada y reconocida; que mantenga el sitial que siempre ha tenido como una de las mejores del mundo.
Lo que se valora, hace parte de los hechos presentes que son los que marcan los resultados de la favorabilidad en encuestas. Desde abril de 2020 la Policía no había tenido una ponderación tan alta donde se apreció todo el esfuerzo de atención en pandemia. La única forma de recuperar la imagen fue trabajando sobre lo presente, es decir, sobre lo cual nos valoran día a día.
La Policía se adaptó a esa realidad e incorporó la “comunicación innovadora” que trajo este enfoque del sector privado, dando impulso a la vocería de los comandantes, desconcentrándola y otorgándole relevancia a lo regional, creando contenidos que exaltaran la condición humana del policía. También una fuerte estrategia digital que permitió ampliar la audiencia a 9 millones de seguidores en redes, la más alta del sector público, impulsar policías influencers o “embajadores digitales” y crónicas de historias de vida, para alcanzar el público joven y fortalecer su red de emisoras, ubicándose como primera radio de interés público del país.
Esto le permite a la Policía ocupar 70% de la parrilla de noticias y estar presente en todos los formatos multiplataforma, desde la prensa tradicional hasta podcast y e IA. Así logró repuntar la imagen y ubicarse donde históricamente ha estado: en el cuarto lugar del ranking de instituciones con mayor favorabilidad del país.
La lección es simple: credibilidad más valoración es igual a confianza, desde donde se proyectan los hechos futuros, aquellos que le permiten al país confiar ciegamente en su Policía. Su hipotética ausencia o debilidad incrementa la incertidumbre, el miedo y finalmente la desesperanza, que, como dicen popularmente, es lo último que se puede perder. Los colombianos no podemos tener duda, a lo largo de la historia, las certezas de país y en seguridad, pese a las duras noticias, los embates y ataques a la institucionalidad, siempre se las dará su Policía.
La Policía Nacional sigue su camino, paso a paso, hacia una Colombia más segura y unida para todos.