Nace una nueva propuesta para el control de plagas en cultivos de flores

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  • La alternativa con propósito sostenible está pensada para combatir insectos como ‘trips’, que se pueden encontrar principalmente en las rosas. También afectan a otras flores como claveles, crisantemos, pompones, astromelias, aster, clavelinas, girasoles, entre otras.

Corteva Agriscience incorpora al mercado colombiano un nuevo insecticida que combina la fuerza de dos moléculas patentadas por la compañía: Isoclast y Jemvelva active, está última elaborada a partir de un proceso de fermentación natural, ganadora del EPA Green Chemistry Challenge Award a la Química Verde por su diseño, fabricación y uso.

Se trata de Fidato para el control de ‘trips’, el cual se suma al amplio portafolio de productos fitosanitarios con química verde y de origen natural con el que la compañía busca proporcionar a los floricultores alternativas más eficientes y respetuosas con el medio ambiente. “Es el resultado de dos ingredientes innovadores que permitirán mantener altos estándares en la calidad en los productos de exportación”, expresó Adriana Viloria, líder de la categoría de fungicidas, insecticidas y soluciones biológicas de Corteva Agriscience.

De acuerdo con Viloria, en el mundo existen alrededor de 5.000 especies de ‘trips’, siendo el 1% consideradas como plagas. Sin embargo, las del género Frankliniella y Frankliniella panamensis son una de las principales plagas que afectan los cultivos de flores de corte para exportación, en países como Colombia y Ecuador. Aunque estos insectos se pueden encontrar principalmente en rosas, también afectan otras plantas como claveles, crisantemos, pompones, astromelias, aster, clavelinas, girasoles, entre otros.

“Los ‘trips’ no son nuevos. Por ello, es necesario ir un paso adelante y encontrar alternativas eficaces que reduzcan, controlen esta plaga y eviten que afecte una actividad que es reconocida en más de 100 países y que cada año suma envíos por US$2.000 millones”, explicó Viloria.

Técnicamente los ‘trips’, por ser una especie polífaga (es decir que pueden alimentarse y reproducirse en numerosas especies de plantas) tienen una condición que los ayuda a defenderse muy bien y a sobrevivir a ciertos compuestos tóxicos. Esto la hace una plaga muy retadora en cuanto a su manejo y control. Su dinamismo y adaptabilidad son unas de sus características y se alimenta de polen para obtener la mayor cantidad de proteínas, carbohidratos y vitaminas, para así aumentar su capacidad reproductiva y protegerse de condiciones adversas.

“El clima es otro factor que juega a favor de esta plaga, hay una relación casi lineal entre la temperatura y la duración del desarrollo, a una temperatura de 25º completa un ciclo entre 13 y 15 días y a 18° esa duración se duplica. Por ejemplo, si hay trips a temperaturas mayores a 25°C y con el recurso de alimento a su disposición, sus días totales entre cambio de estadio tienden a ser menos que si estuvieran a menor temperatura. En este caso, los huevos eclosionan más rápido, pasarán de larva a adulto y completarán su desarrollo en menos días, haciendo que el nivel de presencia y afectación en el campo sea más alto”, indicó la experta de Corteva.

Es por eso que para mantener altos estándares en la calidad en los productos de exportación y minimizar el rechazo en los países destino por culpa de los trips, es importante adaptar soluciones sostenibles que permitan mantener poblaciones y zonas en baja prevalencia de este insecto plaga. “Los trips requieren de muchas aplicaciones en el año. Incluso, según datos recopilados por la compañía, una parte importante del presupuesto destinado por las fincas para el control fitosanitario, es para combatirlos”, expresó Viloria