- El propósito claro: empoderar a la ciudadanía, fomentando un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida.
La tarde caía lentamente sobre el municipio de Arjona, tiñendo de dorado esta pintoresca población del norte de Bolívar, mientras los primeros policías comenzaban a recorrer los barrios. Sin embargo, esta vez, el cielo nublado anunciaba la inminente llegada de la lluvia, que pronto se convertiría en un suave pero constante aguacero, envolviendo el evento en una atmósfera de renovación y esperanza.
Para muchos, era una tarde lluviosa y común, pero para los miembros de la Policía Nacional, representaba un paso significativo en su misión de acercarse más a la comunidad, reafirmando su compromiso con un enfoque que, aunque no es nuevo, sigue siendo esencial: la Policía Comunitaria.
En esta ocasión especial, asistieron veedurías ciudadanas, líderes comunales, representantes de la Defensa Civil, funcionarios de la alcaldía, concejales, y por supuesto, el alcalde de Arjona, Gustavo Adolfo Pérez Giraldo.
En una emotiva ceremonia, el Concejo Municipal, entregó un merecido reconocimiento al Coronel Alejandro Reyes Ramírez por su liderazgo en la implementación de estrategias comunitarias de seguridad. La tarde, a pesar de la lluvia, fue animada por la banda marcial rítmica de la Policía Comunitaria, que con sus melodías infundía energía y optimismo entre los presentes.
La Policía Comunitaria no es un concepto ajeno para los colombianos. Desde 1998, ha sido un pilar fundamental en la estrategia de seguridad ciudadana. Este modelo no se basa únicamente en la presencia policial, sino en una colaboración estrecha con la comunidad. Es un esfuerzo conjunto en el que las problemáticas locales son abordadas con la participación activa de vecinos, líderes sociales y autoridades, creando así un tejido social más fuerte y cohesionado.
El miércoles 14 de agosto de 2024, la atmósfera en Arjona tenía algo especial. Los uniformados no solo patrullaban; interactuaban, escuchaban y, sobre todo, se mostraban dispuestos a trabajar codo a codo con los arjoneros, reflejando el verdadero espíritu de la Policía Comunitaria.
Dentro del salón Venecia, donde el evento principal se desarrollaba, los programas de «Escuelas de Convivencia», «Policía Cívica Infantil y Juvenil», y «Frentes de Seguridad» se destacaron como ejemplos de las iniciativas desplegadas para fortalecer los lazos entre la policía y la comunidad. Estos programas tienen un propósito claro: empoderar a la ciudadanía, fomentando un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida.
Mientras tanto, en las calles aledañas, la lluvia no impedía que policías y ciudadanos continuaran dialogando sobre temas de convivencia. Las conversaciones, llenas de risas y reflexiones, tenían como objetivo sensibilizar, de manera lúdica, sobre la importancia de la prevención de conflictos y la modificación de conductas. Esta interacción espontánea evidencia la importancia de construir confianza mutua entre la comunidad y sus fuerzas del orden.
Afuera, ya bajo una leve llovizna, vecinos y policías abordaban los problemas más apremiantes de la comunidad: la seguridad, el vandalismo, la falta de espacios públicos adecuados. La «Red de Apoyo y Solidaridad Ciudadana» jugó un papel fundamental, articulando esfuerzos y proponiendo soluciones prácticas y efectivas que podrían ser implementadas a corto y largo plazo.
A medida que el cielo comenzaba a despejarse, se percibía una creciente confianza entre los residentes. La idea de una policía más cercana, no como una figura de autoridad distante, sino como un aliado en la mejora de la calidad de vida, estaba empezando a echar raíces en la conciencia colectiva. Este modelo, flexible y adaptado a las necesidades de cada territorio, no impone, sino que propone, integrando a la comunidad en la construcción de un entorno más seguro y confiable.
El mensaje del Comandante de la Policía de Bolívar, Coronel Alejandro Reyes Ramírez, resonaba en cada rincón: “La seguridad es un esfuerzo compartido. No se trata solo de uniformados en las calles, sino de una comunidad que se siente parte activa en la construcción de un entorno más seguro y confiable”.
Finalmente, cuando las sombras de la noche comenzaban a cubrir la ciudad, los policías regresaron a sus estaciones. Pero no lo hicieron sin antes recibir el agradecimiento de muchos ciudadanos, quienes sabían que aún quedaba mucho por hacer.
Los retos eran grandes, pero también lo era la determinación de seguir avanzando. Con el compromiso renovado, la Policía Nacional sigue su camino, paso a paso, hacia una Colombia más segura y unida para todos.