- La colaboración de las redes sociales y el incansable esfuerzo policial permitieron reunirla con su familia, destacando el impacto positivo de la solidaridad en medio de la adversidad.
Por : Emilio Gutiérrez Yance
En el pequeño pueblo de Lorica, Córdoba, la preocupación se apoderó de la comunidad cuando Estela Gorgona de la Barrera, una mujer de 64 años que lucha contra la esquizofrenia, desapareció misteriosamente.
Las lágrimas se presentaban sin pedir permiso y el dolor invadía el pensamiento durante cuatro angustiosos días, sus familiares y vecinos la buscaron incansablemente, temiendo lo peor.
La noticia de la desaparición de Estela se extendió rápidamente por el departamento de Córdoba, movilizando a autoridades y residentes en la búsqueda de la señora. La incertidumbre reinaba mientras las horas transcurrían sin indicios de su paradero.
Fue en el municipio de Arjona, Bolívar, un lugar distante de Lorica, donde la historia tomó un giro inesperado. Una patrulla de la Policía Nacional se encontró con Estela, desorientada y deambulando por las calles. La rápida acción de los uniformados, se convirtió en un faro de ilusión para la familia de la señora, que ya comenzaba a perder las esperanzas.
La Policía no solo le brindó auxilio a Estela, sino que también le proporcionó comida y un techo, demostrando el compromiso y la humanidad de la Institución. Sin perder tiempo, iniciaron la búsqueda de sus familiares, quienes, según la propia Estela, se encontraban en el departamento de Córdoba.
La tarea no fue fácil, pero la Policía Nacional desplegó todos sus recursos. En un esfuerzo conjunto, hicieron contacto con agentes en Montería y difundieron la fotografía de Estela a través de las redes sociales. La comunidad se unió a la causa, compartiendo la información y multiplicando los ojos atentos que buscaban a la mujer desaparecida.
El papel de las redes sociales fue clave. Fue gracias a la difusión de la fotografía que la familia de Estela logró enterarse de su paradero. Los lazos virtuales tejieron un hilo invisible que condujo a un emocionante reencuentro. Aun es un misterio como llegó la mujer hasta el municipio de Arjona. “Agradezco a la Policía que la encontró y le brindo comida y un techo”, dijo un hermano de la mujer.
La Policía Nacional, con su labor diligente y comprometida, fue el eslabón fundamental que unió a Estela con su familia. En medio de la angustia y la incertidumbre, la Institución demostró que más allá de sus funciones de seguridad, también desempeña un papel vital en la construcción y protección de los lazos familiares.
La historia de Estela Gorgona de la Barrera y su reencuentro con la familia se convierte así en un relato de esperanza, solidaridad y el papel crucial que juega la comunidad y las autoridades en situaciones tan delicadas como la desaparición de un ser querido.