- El foro académico organizado por Acosemillas dejó varias conclusiones con respecto a cuál es la mejor semilla para que los productores agrícolas obtengan ganancias con sus cultivos.
La creciente demanda de una alimentación más saludable, diversa y respetuosa con el medio ambiente, la cultura y los gustos de los consumidores hace que la atención hacia las semillas y la agricultura sea aún más relevante en la actualidad.
Al finalizar el mes de agosto, Acosemillas, con la colaboración de la Universidad Externado de Colombia, convocó un foro en el que se trató de resolver de manera conjunta entre los expertos nacionales e internacionales, y basados en el concepto de la coexistencia, la pregunta ¿Cuáles son las semillas que necesita Colombia? con el fin de promover el desarrollo agropecuario en Colombia, la seguridad alimentaria y el cambio climático y tratando de identificar cuáles son las semillas que alimentarán a nuestras generaciones actuales y también a las futuras.
Leonardo Ariza Ramírez, gerente general de Acosemillas aseguró al término del evento, que “la participación en el foro de los representantes del sector agrícola, tanto nacionales como internacionales, la academia, y la comunidad científica fueron determinantes en las discusiones que tuvimos en los diferentes espacios programados durante el día.”
El dirigente gremial dijo a su vez que esta reunión académica dejó clara la importancia de las semillas de calidad para Colombia, destacando la necesidad de integrar semillas ancestrales y criollas con tecnología moderna para mejorar la seguridad alimentaria para el desarrollo económico.
Destacó Ariza el respeto por la diversidad, la propiedad intelectual, con un enfoque en la coexistencia de diferentes tipos de semillas al lado de modelos tecnológicos y subrayó la importancia de conocer y conservar la diversidad genética de las semillas para el bienestar del país.
El directivo de Acosemillas dejó claro que las semillas no solo son el principio de todo el sustento humano, por ser el primer eslabón de la cadena alimenticia, sino que también son fundamentales en el intercambio cultural y la diversidad por ser las depositarias del potencial genético de las variadas especies agrícolas resultantes de la mejora continua y la selección a través del tiempo.
“La utilización adecuada y respetuosa de los diferentes tipos de semillas, desde las nativas y criollas, las convencionales y las que provienen de la investigación y desarrollo con apoyo de la biotecnología vegetal representan una esperanza tangible para el futuro del país pensado desde la agricultura”, concluyó el dirigente gremial
Leobigildo Córdova Téllez, titular del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas de México, SNICS, fue uno de los invitados internacionales y en su intervención dijo que la FAO ha definido una canasta de productos que se está viendo insuficiente, por lo que es necesario aumentar más especies vegetales y más cultivos para poder alimentar a la humanidad. Se habla de 64 cultivos mínimo, más todos los que se puedan sumar para alimentar una población en constante crecimiento. Es necesario reducir la pobreza al lado de la unión de los actores tanto del sector público como del privado”.
Por su parte, Pedro Rocha Salavarrieta, especialista internacional de biotecnología y bioseguridad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, de Costa Rica, aseguró en su charla que “las semillas que necesita Colombia son todas aquellas semillas que se produzcan con calidad, porque Colombia tiene que explotar el potencial que nos están generando los materiales genéticos que están disponibles en el mercado; pero también el potencial de esas semillas ancestrales y criollas que podrían producir mucho más si se incorporan a sistemas tecnológicos que permitan un manejo más integral de esos cultivos.” Rocha insistió en que esa es la ruta del desarrollo del sector agrícola en Colombia y necesita semillas de calidad para aprovechar su potencial genético. “Sin la modificación genética no tendríamos los alimentos que conocemos hoy por hoy”, concluye Rocha.
Qué semillas hay en Colombia
Luis Guillermo Santos Meléndez, coordinador de conservación y viabilidad de semillas del Centro Internacional de Agricultura Tropical -CIAT, dijo en el foro que las semillas que se requieren en Colombia son todas. “Colombia necesita conocer qué tiene y qué requiere y no perder esa historia ancestral; desde el Banco de Semillas del Futuro del CIAT estamos trabajando precisamente en eso, porque contamos con unas colecciones de semillas mundiales entre nativas, silvestres, criollas y tradicionales, muchas de ellas colombianas.”
El presidente de la Organización Pajonales, Francisco Bejarano Rodríguez, sostuvo en su intervención que “las semillas que necesita Colombia son las de calidad, que permitan responder ante las diversas variables que se vienen presentando en los últimos tiempos.” Bejarano comentó además que “la, seguridad alimentaria, el cambio climático, la diversidad y la investigación son factores que deben tener en cuenta esas semillas de calidad certificada.” El directivo de Pajonales fue enfático en asegurar que “se debe tener respeto por la propiedad intelectual no solo para asegurar el alimento sino también para el desarrollo económico y competitivo del país. La semilla de costal está perjudicando al productor legal,” enfatizó.
Así mismo lo piensa Carlos Eduardo Villota, gerente administrativo y financiero de Semillano, al destacar que la producción de semillas certificadas es un componente esencial para la sostenibilidad y el éxito de la agricultura en Colombia. “La producción de semillas en Colombia enfrenta desafíos significativos que limitan la adopción de material genético de alta calidad por parte de los agricultores. El desarrollo de estas semillas debe ser el resultado de un enfoque participativo que involucre a agricultores, científicos y otros actores clave para garantizar que se adapten a las necesidades locales y contribuyan a la seguridad alimentaria y sostenibilidad del país.”
Lo anterior es ratificado por Alberto Rosero, director técnico de semillas del Instituto Colombiano Agropecuario -ICA, quien expresó que las semillas deben tener 4 componentes importantes desde el punto de vista de calidad: genética, física, fisiológica y sanitaria. Rosero comentó además que las semillas nativas y criollas no son reguladas por el ICA, pero si reconocen la importancia de estas variedades dentro de los procesos de mejoramiento dentro de las comunidades indígenas. Rosero recalcó que “estas semillas son importantes porque a pesar de ser rudimentarias y rústicas cuentan con características como la resistencia a plagas, no requieren mucha fertilización, pero no poseen buen rendimiento.”
Todas son importantes
Por el lado de la academia se hizo presente en el foro, la Universidad Nacional de Colombia con el profesor asociado, Mauricio Para Quijano, quien enfatizó que las semillas que necesita Colombia son todas. “Las antiguas, las modernas, las ancestrales, las mejoradas, las que se usaron y no se usan y las que se usan y las que se pueden usar en el futuro. Por eso las conservamos”.
Finalmente, John Fredy Hernández Nopsa, investigador PhD del departamento de semillas de Agrosavia, ratificó que “Colombia necesita semillas de calidad que puedan ser sembradas, que no tengan plagas, ni enfermedades y que el productor tenga la garantía que va a obtener una planta vigorosa a partir de esa buena semilla y que le de beneficio a esos agricultores y a sus familias y a todas las personas que de una u otra forma dependen de esa semilla.”
Así se puede concluir que el foro dejó un mensaje contundente: la importancia de preservar la diversidad genética de las semillas y promover la innovación y la biotecnología en la agricultura para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la agricultura en Colombia y enfrentar los desafíos que el cambio climático traerá a futuro, contribuyendo con la seguridad alimentaria y el desarrollo económico del país.