- Una sorpresa inesperada que cambió el rostro de esta pequeña, al ver que llegaban los uniformados con su disfraz deseado.
¿Quien nunca ha soñado con ser su princesa favorita o su héroe favorito? ¿O representar a su animal favorito pintándose el rostro? ¿Quizás algunos adultos por sus creencias o religiones, frustran el sueño de un niño que solo ve el 31 de octubre como el día perfecto para ser Batman, el Hombre Araña, o tal vez la Princesa Ariel o la princesa Bella?
Pero según las historias de princesas, en este caso, hubo una en particular que hoy, recibió la visita de una “Hada Madrina”, sí, una Hada Madrina, esas que con su varita mágica transforman a aquellas princesas como el cuento de La Cenicienta.
Como era de esperarse, la Hada Madrina llegó a la calle del Puerto sector Medio de Marialabaja a bordo de una patrulla de la Policía, que se convirtió en carruaje. Llegó acompañado de otros cómplices uniformados quienes se aventuraron a ser parte de esta bonita historia. Tocaron la puerta donde vive Alice Michell Soto Muriel, una niña de tan solo 9 años, que le ha tocado vivir toda su vida con una macrocefalia y que desafortunadamente, la mantiene acostada o sentada sin poder utilizar bien todas las extremidades de su cuerpo.
Pero nada de eso fue impedimento para que la Hada Madrina usara su varita mágica, y la transformara en princesa, en la más bella de la cuadra, lista, para una noche de baile. Aunque es muy pequeña para hablarle de un príncipe azul, con el hecho de vestir un largo y brillante vestido, usar la corona que la representa como princesa, ya era suficiente para que Michell y toda su familia, celebraran por primera vez con ella, un día de Halloween con disfraz incluido.
La princesa Alice cumplió su sueño, así sea por un día, pues hoy, todos los niños hicieron realidad esa aventura de ser a quien admiran, sea un comics, un súper héroe, un animal tierno o feroz, reinas, princesas, entre muchas otras representaciones que año tras año trascienden en el ideal de los mayores, que acolitan los sueños de los más pequeños.
Alice, es una princesa afortunada, vive con su abuela materna Irma quien ha dedicado su fuerza, su pujanza y conocimiento, al cuidado de su nieta, esa que llegó al corazón de los uniformados de la estación de Policía de Marialabaja, y quienes, con recursos propios, lograron comprarle el disfraz de princesa, la calabaza y lo más importante, llenarle de dulces.
Este no fue cualquier año para Alice, este año se disfrazó por primera vez y de lo que más anhelaba, de seguro, será el recuerdo más bonito que tendrá por muy poco tiempo, pues la Policía de esa municipalidad, ya prepara otra sorpresa para ella, su propio carruaje, una silla de ruedas que la necesita con urgencia y que los uniformados ya están gestionando para mejor la calidad de vida de esta princesa, que hoy soñará en un palacio sobre las nubes llenos de Hadas para pedirle a cada una de ellas, que le cumplan todos sus sueños.