- Los rituales diarios como el baño y el masaje en el primer año de vida del bebé permiten la estimulación multisensorial y contribuye a que en el cerebro sucedan más de un millón de nuevas conexiones neuronales por segundo.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y es el receptor de sensaciones y a su vez de muchas emociones que se manifiestan a través de ella. Desde la gestación la piel del bebé está en contacto permanente a través de las paredes del útero y la pared abdominal de la madre, por eso cuando nace necesita sentir ese contacto físico.
La estimulación multisensorial, es aquella que estimula la vista, el olfato, el gusto, el oído y el tacto, esta ha sido objeto de estudio por parte de profesionales de la salud, y como resultado se ha identificado que ponerla en práctica en los primeros años de vida del bebé, puede ayudar al desarrollo social, emocional, cognitivo y físico de los niños.
- Primer año: Dicha estimulación, permite que, en el primer año de vida, en el cerebro sucedan más de un millón de nuevas conexiones neuronales por segundo; a través de los rituales diarios del cuidado del bebé, como la lactancia, el baño y el masaje.
El contacto físico y las caricias favorecen la ganancia de peso en los bebés, disminuyen el estrés, mejoran la calidad del sueño y a través de las demostraciones de amor, se produce un efecto positivo en su salud física y emocional.
- Tres primeros años: Se ha demostrado que, en los primeros tres años de vida, es cuando se produce el 85% del desarrollo del cerebro que favorece la comunicación y el bienestar emocional. Por tal razón, es fundamental estimular correctamente sus sentidos, en especial, si es de manera íntima, reforzando su lazo con papá y mamá.
“Está comprobado que los niños que tienen más contacto piel a piel con sus padres desarrollan más rápido los sentidos, tienden a tener 50% más contacto visual y 3 veces más expresiones positivas, como sonrisas, balbuceos, además, desarrollan una mejor autoestima, tienen más habilidad para relacionarse con las personas, son más afectivos y más seguros en la edad adulta”, explicó Johana Martínez, Fisioterapeuta profesional y orientadora del programa educacional de Johnson´s® Baby.
El momento más importante de contacto físico es el nacimiento y las horas que le siguen, porque para un bebé llegar a este mundo no es fácil, en cuestión de segundos pasa a un mundo completamente diferente de donde vivió durante nueve meses, eso hace que se sienta inseguro, desprotegido y que necesite del contacto piel a piel con su madre, del calor de su cuerpo, de su olor, por eso se recomienda pegar inmediatamente el bebé al seno, ahí se siente acunado, alimentado, protegido y seguro.
- Tacto: Es el primer sentido que se desarrolla alrededor de las 4 a 7 semanas de gestación, el más fuerte en el momento del nacimiento y el que contribuye al progreso y maduración de los otros sentidos. El poder del tacto está en la conexión tan fuerte que se da entre los padres y el bebé a través de la caricia, del masaje y del contacto físico.
- Olfato: A través del sentido del olfato también se percibe el mundo y los bebés comienzan a oler a partir de las 28 semanas de gestación, este sentido se relaciona con la memoria, por eso los aromas familiares y agradables mejoran los estados de ánimo y alerta.
“En las diferentes rutinas que realizamos con el bebé como el baño y el masaje, se estimulan otros sentidos además del tacto y el olfato, como son el de la visión y el auditivo; a esto se le conoce como estimulación multisensorial, lo que contribuye a que tenga un mejor desarrollo cognitivo, físico emocional y social” asegura Martínez.
Rutinas de estimulación multisensorial:
- El masaje y sus beneficios
El contacto piel a piel a través del masaje ha demostrado clínicamente que impacta positivamente al bebe.
El masaje consiste en realizar caricias suaves con amor a nuestro bebé, utilizando una crema líquida que ayude a hidratar y suavizar la piel. El masaje mejorará el funcionamiento de todos sus sistemas vitales, además de relajar y fortalecer el vínculo afectivo. Los beneficios de estos masajes en las diferentes partes del cuerpo son:
- Cara: tiene como beneficio liberar tensión y relajar al bebé.
- Pecho: beneficia el ritmo cardíaco y la respiración.
- Axilas: estimula la función del sistema inmunológico.
- Brazos: activa el sistema circulatorio y ayudan a tonificar los músculos. En las manos y los dedos, relajan al bebé.
- Abdomen: ayuda a aliviar cólicos, gases, y estreñimiento.
- Piernas: activa el sistema circulatorio y ayudan a tonificar los músculos. En los pies y los dedos, relajan al bebé.
- Espalda: reduce el estrés.
Además, contribuye a la ganancia de peso, reduce los niveles de cortisol que es la hormona del estrés, disminuye los niveles de ansiedad, relaja al bebé y fortalece los lazos afectivos entre padres y el recién nacido.
En promedio el masaje debe durar entre 15 y 20 minutos, lo puede dar la madre, el padre, la abuela o la persona que cuida al bebé, con una crema hidratante indicada para bebés sin químicos y de ingredientes naturales preferiblemente, con tranquilidad, con una presión suave y con amor.
“La importancia que los productos que usemos sean libres de químicos, radica en el hecho de que no irritan la piel, evitan que sustancias tóxicas le afecten y que no se desarrollen alteraciones en su salud con el tiempo, pues se ha evidenciado en investigaciones que algunos productos químicos pueden generar daños en sus órganos endocrinos, por esta razón recomiendo usar en los bebés la línea de recién nacidos de Johnson´s® Baby” afirma Johana Martínez.
- Baño y rutina para antes de dormir
El sueño cumple un importante papel en la maduración cerebral, en el aprendizaje y en la memoria del bebé, sin embargo, los problemas para dormir son universales principalmente en los tres primeros años del niño.
El baño antes de dormir se debe realizar media hora después de ser alimentado el bebé, teniendo un lugar cómodo, seguro y libre de corrientes de aire, durante un tiempo no mayor a 10 minutos en cada ritual y así mantener la temperatura corporal del bebé, que oscila en 36. 5 a 37 grados centígrados, con productos adecuados para su piel como un baño líquido para antes de dormir que tenga un pH fisiológico ligeramente ácido compatible con la piel del bebe, que no irrite los ojos y sea hipoalergénico.
Posteriormente hacerle una actividad tranquila, como cantar una canción de cuna o leer un cuento, esta rutina ayudará a los bebés y niños entre los 7 y 46 meses, a que duerman mejor, concilien el sueño más rápido y obtengan un descanso reparador por más tiempo.
Finalmente, la experta recomienda para estas rutinas, productos especiales para recién nacidos y bebés con ingredientes naturales que cuenten con estudios clínicos que demuestren su pureza, suavidad y seguridad durante esta etapa de vida. “deben tener un pH fisiológico que oscila entre 4.2 y 5.6, con fórmulas muy suaves con su piel y cabello, que no irriten los ojos, que sean lo más puras posibles, preferiblemente con ingredientes naturales, con fórmulas libres de sustancias químicas como sulfatos, ftalatos, colorantes y fragancias alergénicas, para que se consideren con los más altos estándares de seguridad y pureza.