Por: Emilio Gutiérrez Yance
En las riberas del río Magdalena, donde las chalupas acarician el puerto y las garzas dibujan su vuelo sobre un cielo despejado para las golondrinas anunciadoras de la paz, el barrio San Mateo ICT de Magangué escribió una nueva página en su historia. Una historia donde las semblanzas del pasado se entrelazan con las auroras del presente, selladas por la solidaridad y el esfuerzo colectivo para enterrar el miedo que alguna vez plantaron quienes acechaban en la oscuridad.
Los vecinos, hastiados de la inseguridad que atenazaba sus días, decidieron que era hora de transformar el futuro. Se unieron como agua bendecida por un cielo generoso, fluida y purificadora, y tomaron acciones concretas. Organizaron jornadas para limpiar sus calles, recoger la basura que antes asfixiaba su entorno, y plantaron árboles como consuelo de los bosques deprimidos, clásicos testigos de un compromiso con la vida, de la flor que resurge cuando se le ofrece cuidado.
La Policía Nacional, presente como las cadencias de una vieja canción, dejó su huella en las paredes del barrio al pintar un mural lleno de colores vivos que rinde homenaje a los policías caídos, víctimas de un conflicto que aún deja lágrimas en la piel de la nación.
El mural es mucho más que imágenes sobre el concreto… es memoria, es justicia, es un tributo visible a los que ofrendaron su vida, y una promesa de esperanza.
Pero además de los símbolos, de los árboles y del mural, quedó fue el recuerdo significativo de un esfuerzo compartido. El trabajo del grupo Territorial para La Paz y la Policía Comunitaria, con su proximidad, con su entrega total a la construcción de la paz, reafirmó que no están solos, que las garzas seguirán volando sobre las riberas y que, con esfuerzo y voluntad, es posible dejar atrás las sombras.
En las semblanzas de aquel pasado cargado de temores y en los extremos de este presente luminoso, San Mateo encontró su armonía. Lo que alguna vez fue un barrio atrapado en la incertidumbre, hoy florece, porque allí, en esas orillas, cada acción pequeña, cada gesto compartido, demuestra que la unión puede vencer incluso las situaciones más difíciles.