Por: Emilio Gutiérrez Yance
El departamento de Bolívar como cualquier otro departamento, cuenta con su historia. Algunas, van más allá de narrar los orígenes de los pueblos. Por décadas los bolivarenses han contado un sinnúmero de leyendas rurales sobre las brujas, la llorona, almas en pena de niños, ancianos, jinete sin cabeza, la mano peluda, la pata sola y hasta duendes que, según testigos, ‘espantan’ a las personas en el silencio de la madrugada.
Estos mismos mitos y leyendas rurales son los que alimentan cada año las fiestas de Halloween, aunque estas no tengan origen en Colombia, diferentes lugares de Bolívar cuentan con su propia historia de brujerías.
En el corregimiento de Tierra Firme del municipio de Mompox, un misterio está en boca de todos: los hombres de más de 40 años están desapareciendo en plena noche y regresan, tres días después con chupetones, arañazos y cara de espanto.
Todo comenzó cuando doña Martha Montero, preocupada por la desaparición de su esposo Ever Corrales, salió a buscarlo al ver que en medio de la noche, mientras él dormía plácidamente en su cama, se levantó para ir al baño y jamás regresó. La búsqueda duró horas, y el pobre Ever no apareció hasta tres días después, pero con una facha irreconocible y un hambre que no se le quitaba.
Según los habitantes del lugar, esto no es nuevo: los hombres se han estado yendo así, sin aviso, y regresan con signos de “extraña actividad nocturna” en forma de chupetones y rasguños en áreas que solo las brujas saben explorar. ¡Y vaya que vuelven distintos! Parece que, después de estos encuentros, algunos ya no regresan a sus esposas con la misma chispa, preocupando a más de una por estos ritos que las «brujas» realizan.
Ahora las mujeres del corregimiento han ideado una táctica para evitar que las brujas les sigan robando a sus maridos: los obligan a dormir con los calzoncillos al revés, por aquello de que “confunde a los espíritus”. Y es que, con lo que ha corrido la voz en la depresión mompoxina, ninguna mujer quiere ver a su hombre desaparecer en manos de estos seres nocturnos.
Mientras tanto, la historia se ha vuelto tema de chismes y cuentos en el mercado, porque, como dicen en Tierra Firme, en esta tierra las brujas ya no se llevan a los niños no bautizados… ahora prefieren a los cuarentones!
Las historias narradas en los diferentes pueblos de Bolívar, siguen generando pánico y terror en quienes aseguran haber sido testigos de un encuentro paranormal, pero también están quienes son escépticos ante este tipo de apariciones. Lo que sí está claro es que este tipo de historias son las encargadas de alimentar la oralidad y la cultura costeña plagada por mitos y leyendas.