Los reportes noticiosos que dan cuenta de jóvenes que intentan autolesionarse generan preocupación en el departamento del Atlántico, donde, en menos de una semana, dos jóvenes han intentado lanzarse al vacío en la sede norte de la Universidad del Atlántico.
A pesar de las medidas que ha tomado la institución para brindar asesoría psicoemocional a los estudiantes, se necesita intensificar estas intervenciones con programas de seguimiento y vinculación, incluso, con el entorno familiar. Para ello, es urgente una mayor implicación de la Secretaría de Salud, con acciones eficaces, a través de la disposición de equipos de psicólogos y psicólogas que puedan ejercer procesos de intervención óptimos y no a medias, no solo a través de los hospitales de UNA, sino también con personal en colegios y universidades, que permitan ampliar la intervención social.
En días recientes hemos sido testigos de hechos alarmantes que no pueden pasar desapercibidos, pues no basta con tener un hospital mental; se requiere replantear las estrategias de prevención y contención. Por esto, resulta muy importante conocer el detalle del trabajo que realiza la Secretaría de Salud en este aspecto, ante los preocupantes casos que se están presentando.
“La trágica muerte de una niña en Luruaco, dos recientes intentos de suicidio en la Universidad del Atlántico y un hombre que se autolesionó tras herir gravemente a su pareja en el barrio 7 de Abril son claros indicativos de que la situación actual demuestra que algo no está funcionando bien con la Secretaría de Salud y su plan de salud mental”, indicó la diputada Alejandra Moreno Astwood.
Es necesario que la Procuraduría investigue estos hechos y que la Contraloría intervenga para verificar el uso adecuado de los recursos destinados a la salud mental. «Asimismo, es imperativo que el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud, junto con la Supersalud, tomen cartas en el asunto para garantizar el bienestar psicoemocional de nuestros jóvenes», agregó la diputada.
