- Concursos, bailes, sorpresas y mucha pedagogía recibieron todos estos pequeños mientras se les enseñaba que a las drogas hay que decirles siempre ¡NO!.
Servir a la comunidad no es más que la labor que tiene un Policía en su diario vivir, pues incorporarse a la Institución, es de las primeras cosas que le inculcan, que le enseñan. Algunos nacen con esa virtud, otros la van aprendiendo en el camino, pero lo que sí es cierto, es que siempre está la voluntad y ese carisma característico de un uniformado de estar presto a la comunidad y sus necesidades.
Pese a su ejercicio, hay momentos que los llenan de orgullo y satisfacción, como por ejemplo, hacer que un niño pase de vivir un día normal a un día ¡extraordinario!
Y sí, eso lograron uniformados de la Estación de Policía de Magangué, quienes con sus botas y su uniforme bien puesto, llegaron hasta el corregimiento de Retiro para hacer de este día inolvidable a más de 300 niños de escasos recursos.
Con personal de la Oficina de Gestión Social de la alcaldía Municipal, estos niños, bailaron, jugaron, se divirtieron, compartieron y sobre todo, prestaron mucha atención a todas las actividades pedagógicas de prevención contra el consumo de las drogas. Enseñanza que siempre deja el personal de la Policía quienes son testigos, no solo del daño físico, emocional y de salud tan grande que puede ocasionar quienes consume estas sustancias, sino también el daño familiar que generan, sabiendo que por eso se han separado familias.
Pero más allá de mostrarles y decirles, está el deber de lograr que estos niños capten el mensaje para que mañana sean personas prósperas y exitosas, capaces de ver el estudio como la única salida de poder ser alguien en la vida, que un mal consejo de un amigo hay que ignorarlo y hacer caso a papá y mamá que siempre quieren lo mejor para sus hijos.
